lunes, 23 de mayo de 2011

Irena Sendler

Fue una enfermera polaca que durante la Segunda Guerra Mundial ayudó y salvó a más de dos mil quinientos niños judíos poniendo en riesgo su vida. Conocida como «El Ángel del Gueto de Varsovia»,nacio en Otwock, Varsovia, el 15 de febrero de 1910 y murio en Varsovia, el 12 de mayo de 2008.


Cuando Alemania invadió el país en 1939, Irena era enfermera en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia el cual llevaba los comedores comunitarios de la ciudad. Allí trabajó incansablemente para aliviar el sufrimiento de miles de personas tanto judías como católicas. Gracias a ella, estos comedores no sólo proporcionaban comida para huérfanos, ancianos y pobres sino que además entregaban ropa, medicinas y dinero.

En 1942 los nazis crearon un gueto en Varsovia, e Irena, horrorizada por las condiciones en que se vivía allí, se unió al Consejo para la Ayuda de Judíos, Zegota. En sus palabras cuenta: "Conseguí, para mí y mi compañera Irena Schultz, identificaciones de la oficina sanitaria, una de cuyas tareas era la lucha contra las enfermedades contagiosas. Más tarde tuve éxito en conseguir pases para otras colaboradoras. Como los alemanes invasores tenían miedo de que se desatara una epidemia de tifus, toleraban que los polacos controláramos el recinto."

Como signo de solidaridad y para no llamar la atención cuando caminaba por las calles del gueto, llevaba un brazalete con la estrella de David.

A lo largo de un año y medio, hasta la evacuación del gueto en el verano de 1942, rescato a más de 2.500 niños por distintos caminos: comenzó sacandolos en ambulancias como víctimas de tifus, en sacos, cestos de basura, cajas de herramientas, cargamentos de mercancías, bolsas de papas, ataúdes... en sus manos cualquier elemento se transformaba en una vía de escape.

El 20 de octubre de 1943, fue detenida por la Gestapo y llevada a la prisión de Pawiak donde fue brutalmente torturada. En un colchón de paja encontró una estampa de Jesús Misericordioso con la leyenda: “Jesús, en tí confío”, que conservó consigo hasta el año 1979, momento en que se la obsequió a Juan Pablo II.

En el año 2007 el gobierno de Polonia la presentó como candidata para el premio Nobel de la Paz. Esta iniciativa contó con el apoyo oficial del Estado de Israel y de la Organización de Supervivientes del Holocausto residentes en Israel. Las autoridades de Auschwitz expresaron su apoyo a esta candidatura, ya que consideraron que Irena Sendler fue uno de los últimos héroes vivos de su generación, y que demostró una fuerza, una convicción y un valor extraordinarios frente a un mal de una naturaleza extraordinaria, aunque finalmente no resultó elegida.

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